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Associació Cultural Catalunya - El Salvador

hace algunos días

por Jasmine Campos

Hace algunos días escuché en un telenoticiero las declaraciones que un funcionario hacía sobre la captura, en las cercanías de la UES, de Mario Belloso, acusado de asesinar a dos policías en medio de los disturbios en que terminó una manifestación el 5 de julio del año pasado.

El funcionario es un empresario de transporte convertido ahora en diputado, quien acusó a la Universidad de haber sido y seguir siendo "Santuario de la guerrilla".

El señalamiento captó mi atención, no sólo por su discurso polarizador y tendencioso, sino sobre todo porque desde la firma de los Acuerdos de Paz y a partir de la desmovilización de combatientes, ya no se puede hablar de guerrilla como una estructura existente.

En todo caso, lo realmente grave es la intención de descalificar a la entidad, que constituye la única institución pública de estudios superiores universitarios del país, que ha sido y es el santuario pero de generaciones enteras que buscan la formación profesional para insertarse en la vida económica, política y social del país.

Un ejemplo de su quehacer lo constituye el Segundo Encuentro de Historia de El Salvador, organizado por la Licenciatura en Historia de la Universidad y que convocó a unos 150 participantes de instituciones de Norte y Centroamérica, de la talla de los académicos José Antonio Fernández de la Universidad Nacional de Costa Rica, Gilles Bataillon del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, y Eusebi Fortuny Capafons de la Universidad de Lleida, España.

El primer encuentro tuvo lugar en 2003 y ha dejado como legado una publicación en la que se compilan las ponencias presentadas por sus participantes y que constituye una fuente de consulta sobre diversos temas histórico culturales.

Por segunda vez después de los Acuerdos de Paz, académicos de distintas disciplinas humanistas se reunieron en el Alma Mater para revisar importantes aspectos de la historia salvadoreña, abonando con ello a una mejor y mayor comprensión del actual El Salvador.

Lastimosamente, este tipo de actividades no captan la misma atención que los sucesos policiales, ni llegan a convertirse en comentarios de nuestros ilustres padres de la patria.

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